Se acercó un poco más y pudo darse cuenta de que los nombres cosidos sobre los dorsales no eran los de James, Kobe, Worthy o Shaquille, sino otros que le eran del todo desconocidos. Porque así es James, el típico padre enrollado y con un par de aviones en el garaje que se lleva a veinte nenes de instituto a la esquina opuesta del país sólo porque le apetece y porque puede. A doscientos metros de la ermita de Sant Jones -su visita obligada de cada domingo al mediodía- sobrevive atrincherada la pista callejera de ‘Nosrevi Nella’ (nombrada en honor a su primer alcalde, un 2,10 que cambió el básquet por la política), con un par de largas grietas atravesándola de extremo a extremo y contrastando con los frondosos arbustos y el mosaico de farolas estilo Bauhaus que dan forma a las calles de Júpiter, el pueblo más exclusivo y con mayor renta per cápita de todo el condado de Palm Beach (Florida). Lakers: “No hay mucho con la forma de ver este juego que tenemos él y yo. El actor Bradley Cooper presenció el juego desde el palco y vistió una camiseta alusiva a los Eagles. Con un abrigo en juego con su maletín, así como una base de tenis, pantalón y camiseta de color blanco, el deportista se impuso con su presencia en la pasarela de camino al escenario deportivo.
La artista lució un vestido formal y de un color sobrio. Tenis, ropa oversize, tonos oscuros y gafas del mismo color fueron su elección. La comerciabilidad de Federer, en concreto su prolongado acuerdo de patrocinio con el gigante de la ropa deportiva Nike, es uno de los aspectos de la vida y la carrera de la estrella del tenis que se analizan en un nuevo libro, «The Roger Federer Effect». Cuando Roger Federer tomó la decisión de dejar el tenis el año pasado, a los 41 años, lo hizo como una de las figuras más influyentes del deporte. Se trató nada más y nada menos que del actor Paul Rudd, quien tampoco se perdió la celebración y vistió el jersey del equipo de Kansas. «Por fin tengo un sucesor a la altura», fue lo que haría saber después a los suyos un individuo que jamás se ha mostrado propenso al halago (con Kobe le costó años aceptarlo como ‘un igual’), menos aún a señalar a otros jugadores dispuestos a desafiar su legado como dignos de hacerlo. De esto último, seguramente, tenga mucho que ver un individuo que, sin jugar al baloncesto desde hace 21 años, sigue siendo la joya de la corona de Nike, cobrando 130 millones de dólares anuales por su línea Jordan Brand de calzado deportivo.
Jordan sonrió al darse cuenta de que LeBron no había omitido ni el más mínimo detalle. La paradoja quiso que la primera vez que Michael Jordan viese jugar al hijo de LeBron James no fuese deslizándose sobre la pulida madera de un pabellón al calor de los focos y entre un enjambre de medios. Sin la presión de gradas repletas pendientes de cada uno de sus tiros y sus desmarques, sin la bondadosa sombra de su padre ejerciendo de coach en funciones añadiendo estrés a cada toma de decisiones, sin la persistente certeza de saber que todos los ojos que le escrutinan están atentos a ver que hace ‘el hijo de… Este producto no se encuentra disponible, ya que alcanzaste la cantidad de compra permitida por usuario. En cambio, nuestro sistema considera cosas como la actualidad de la opinión y si el revisor compró el producto en Amazon. «Like father, like son», añadiría Michael como último cumplido.
Sin embargo, Michael Jordan, la persona más hostigada de Barcelona en los JJ.OO de 1992, pasa casi desapercibido en un vecindario lleno de celebridades y al que los paparazzi tienen prohibido el acceso por bando consistorial. Así mismo, entre los asistentes al Super Bowl destacan celebridades internacionales, quienes suelen ser foco de los reflectores durante la previa del partido. Los Philadelphia Eagles no se quedaron sin representación por parte de las celebridades. El Super Bowl LVII concluyó con la consagración de Kansas City Chiefs, equipo que se impuso 38-35 ante Philadelphia Eagles. Travis Kelce, ala de los Chiefs, no se quedó atrás y también catapultó su arribo con un atuendo salido de un desfile de modas. Así mismo, acompañó su atuendo con accesorios como un bolso de la misma tonalidad que su ropa, aretes de aro y lentes. Si bien lució un outfit bastante casual, el mensaje de su atuendo fue el que llamó la atención de sus seguidores. Broony hizo de todo y casi todo bien frente a la ermita luterana de Sant Jones aquella tarde de viernes mientras ‘nadie’ le observaba. Pero siempre hay una nube negra a su alrededor. En ese sentido, los famosos no son ajenos al evento deportivo más importante del año en Estados Unidos y se unen a la fiesta alrededor del fútbol americano.